miércoles, 24 de noviembre de 2010

REINO DEL RIO BLANCO



                               El reino del rió Blanco...

                 Llegados a la antigua Hispania existe una tierra abrupta, llamada antaño de Cartagena, de montes, cordilleras, riachuelos, cerros con castillos, "toberas", "cañares" y "oliveras".

                  En sus tierras secas jaspeadas de "piteras" y "paleras", donde se posa el agua existe belleza, rincones húmedos donde nace...la hierba, árboles que dan vida y pueblan de especies a esta tierra agradecida y sedienta, de lluvias torrenciales que descargan con fuerza, y arrastran por barrancos cosechas, "baldomeras", "montoneras" de agua que no se sabe "posar" quieta, sino que corre buscando el lecho del rió Blanco.
               Afluentes, "ramblares reboliquean" empujando a su paso cañas, troncos y hasta pedazos de huerta, algunas veces también gente desprevenida engulle en sus torrenteras.
               Nace en lo alto en las sierras interiores en Pontones, para zambullirse pacíficamente al mar en Guardamar. Este rió del sureste recoge por el camino el caudal de sus afluentes, entre ellos el Mundo y el Guadalentin que en la vega cambia su nombre por Sangonera. El rió Quipar, Argos, junto a otros abocan su caudal adentrándose en la vega.
               La huerta desde Cieza, a la que entra por esa grieta cincelada en piedra, por los Almadenes, atravesando el valle de Ricote, entre huertos, palmeras y pueblos para acodarse y cercar  la ciudad de la vega, domado por el hombre que habito estas tierras, llamándole Staber, Alebo, Thader, Taderus, Sakura, Sigura, Segura... adentrándolo en acequias, abalorios de norias y aceñas, peinándolo en la contraparada y rematándolo en brazales como finas trenzas, creando una pleita, un entramado de fértiles tierras, de frutos, de caza, de flores, de huertas.
                Como un peinao de sus mujeres, ondas, abalorios, tejas, "peinas", "lasos" y flores, rodetes , "abujones" y "picaporte de pleita". Gentes que rondan, que bailan pujas, que cantan en "ruedas", que celebran fiestas con el mismo "deje", con un habla "del rio blanco" y matices de sus vertientes, seseos, icos,
guturales... conjugando pueblos, costumbres y razas, aunándolas por el tiempo, por las penas y alegrías, diferentes en sus oficios, del mar, de la huerta, del campo, de la montaña, de la mina, ganaderos, agricultores, artesanos, albañiles...
                Por donde andan se nota que son de la misma tierra, y cuando hablan, cantan… y cuando recuerdan... en el sureste de la antigua hispaniam hay una tierra única, diferente y sueñan por cada trocico de su tierra que ya quisieran llevar en la "faltriquera", una "bolsisquia2 con una "sinta enlasa" como una reliquia. Tierra por la que "llampa" el rió Blanco y sus afluentes, abarcando toda su cuenca, en los confines del sureste, el reino del rió Blanco
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